No puede haber innovación sin respeto a las raíces y a la tradición. El barro, el serrín, el horno tipo Hoffman tradicional y las hábiles manos de los expertos artesanos, elaboran a diario ladrillos y baldosas de barro cocido, siguiendo los mismos procedimientos transmitidos por sus antepasados, a la que hoy es la cuarta generación de la familia Camp.
Una actividad centenaria, cuya tradición no está reñida con la innovación y la modernidad. Los ladrillos y baldosas manuales, hábilmente combinados por los más brillantes arquitectos y diseñadores, permiten dar una imagen vanguardista y exclusiva a los interiores, fachadas y revestimientos de las nuevas construcciones.
He tenido el extraordinario privilegio de ser el responsable de contar su proceso de fabricación. Ha llegado el momento de mostrarse hacia fuera, así que decidí poner tanto amor hacia mi trabajo, como hacen ellos con el suyo en su labor diaria.
Una sesión fotográfica en lugar mágico que no podré olvidar. Esta es una muestra de lo que encontré: Agua, tierra y trabajo, mucho trabajo…